La persona tóxica es, a todas horas, una persona quejica
Lo bueno de charlar sucio es lo polivalente que es. Puede mandar un mensaje de texto a su compañero mientras que está en tránsito, puede susurrar en su oído en una celebración con 20 de sus familiares más cercanos o chillar ¡sí! ¡sí! ¡Sí! , en tanto que hacen exactamente lo que se necesita hacer para salir.